lunes, 7 de abril de 2014

¿QUIERES SABER COMO NACIÓ MAGNATE?

Allá por el año 1988, con mi esposa Silvia solíamos juntarnos en alguna casa con varias parejas amigas a cenar y matizando entre algunas cervezas o un buen vino, muchas de esas noches optábamos por quedarnos a jugar juegos de mesa, tales como el TEG, PICTIONARY, MONOPOLY entre otros.
Pero el asunto era que ninguno de ellos -si bien eran muy buenos juegos- colmaban en un ciento por ciento mis expectativas. ¡Yo quería otra cosa! Quería algo que fuese más real y no depender tanto de la suerte. Quería decidir mi propio destino durante el juego. Comencé así a buscar otras opciones y por supuesto no encontré nada parecido a mis pretensiones. ¿Cuál era la solución entonces?: ¡TENIA QUE HACER MI PROPIO JUEGO!, ese que tenga todas las cosas que yo buscaba y que seguramente le iba a gustar a otra gente que tuviese esa misma necesidad lúdica.

A partir de allí y como se me daba bastante bien lo creativo, ya que era mi trabajo -En ese entonces ya dibujaba bastante, trabajaba en una agencia de Publicidad como redactor creativo y era además guionista de historietas, cosa que después dejé por el dibujo- comencé entonces a armar ese rompecabezas que era crear un juego y que por supuesto FUNCIONARA. Lo principal, el "quí" de la cuestión, diría mi abuela.

Después de innumerables pruebas, bocetos, hacer que todo encajara, darle atractivo y que pudiera cumplir con todas las expectativas que yo esperaba, llegué a finalizarlo. Lo cual me llevó seis meses largos, ya que lo tomaba como un hobby para horas libres.
Una vez que lo tuve listo, hice el tablero a mano (lamento la tecnología que me faltó en esa época, hubiese sido todo más fácil) tuve que usar el famoso Letraset y pegar letra por letra de cada texto... un verdadero trabajo de esclavo. Pero quedó bastante lindo (En la foto pueden verlo).
El tablero original de 1988, escrito y pintado a mano (¡Una pieza de museo!)
El reglamento de 1988 (Escrito en una máquina Remington, por supuesto)

Llame a mis amigos para ver si pasaba la prueba de fuego y sí... ¡la pasó con creces! El juego fue aceptado totalmente por aquellos que vinieron a tratar de machacarlo (¡Constructivamente, por supuesto!). Y aquí comenzaba el camino de MAGNATE. Ya era cosa de jugarlo y jugarlo cada vez que se armaba una reunión y lo bueno de todo esto era que los nuevos jugadores que se iban sumando me servían para que aportaran sus críticas y sugerencias y así mejorarlo cada vez más, tenía que lograr que sea el juego más entretenido que uno pudiese encontrar. 

Yo a veces no jugaba y me quedaba mirando para ver que era aquello que más entusiasmaba del juego y potenciarlo, y a su vez quitar o disminuir lo que no interesaba tanto. Cuando se compra un juego, uno no tiene la posibilidad de perfeccionarlo, es así te guste o no. Este no era el caso de MAGNATE, al no estar editado comercialmente siempre era posible aportar mejoras...y eso fue lo que lo hizo excelente en cuanto a su "jugabilidad". Gente de todas las edades y estratos sociales aportaron su granito de arena y el juego se volvió ideal para todo el mundo.
De allí, el otro paso fue ir al Registro de la Propiedad intelectual y hacer el trámite indicado para asentarlo como juego... un trámite más.

Y la gente se siguió sumando: Los amigos, los amigos de los amigos y después sus hijos y también los amigos de sus hijos. ¡¡Fue un éxito de taquilla!! Tanto que muchos insistían sobre cuando el juego iba a salir a la venta.
Nunca se hizo con esa intención, y lo digo de corazón, realmente. Todo nació de manera no programada, una cosa fue llevando a la otra y el juego fue creciendo, tanto en calidad técnica como en el grupo humano que pasaba largas horas de diversión con él.

Ya en el colmo del hobbista, decidimos hacer con un amigo la versión "de lujo" del juego, una caja con todas sus piezas en un tamaño considerable y bien presentada en todo sentido (pueden ver las fotos). Los tableros se fueron modernizando con el tiempo y hoy el juego está en su máximo apogeo, siempre visitando una casa u otra, uniendo familias y amigos por varias, amenas y divertidas horas.

MAGNATE ya estaba instalado en una pequeña sociedad y compitiendo con los mejores juegos del mercado. No a nivel comercial porque oficialmente no existía en el mercado pero si a nivel diversión, pues siempre terminaba siendo la opción elegida al momento de jugar.



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